jueves, 15 de diciembre de 2011

Capítulo 18

A la mañana siguiente, se levantó con mucha energía, más que la de costumbre. Se duchó y vistió provocativa para dejar el coche en el taller.
Al llegar, todos los mecánicos la miraron con los ojos abiertos de par en par, y hubo uno que fue de listillo.
-Hola preciosa. ¿Puedo ayudarte?
-Puedes avisar a Sean.
-Está ocupado. ¿Puedo ayudarte yo? Creo que él tiene para rato.- sonrió a los demás y se volvió de nuevo hacia ella.
-Esperaré, no tengo prisa.- pero cuando pasó media hora, decidió subir las
escaleras hasta "su despacho".
No llamó a la puerta, y ese fue su gran error.
La vez que los chicos habían salido a bailar, Sean había sido uno de los que más había causado sensación entre las chicas, y una de ellas había ido aquella mañana al taller. Le reconoció al instante y en cuanto le dijo que debía rellenar unos papeles, ella aprovechó la oportunidad.
Cuando Britt irrumpió en el despacho, la chica estaba sobre las rodillas de Sean. Sus piernas rodeaban la cintura de él mientras le besaba el cuello e introducía la mano dentro de la camiseta.
-Lo siento. No quería interrumpir.
Sentía que iba a llorar, además estaba furiosa. ¿Como había dejado que Sean jugase así con ella?
-¡Brittany espera!- apartó a la chica a un lado y se levantó para impedir que se marchara.
-Solo quiero que sepas que el coche esta abajo. Míralo en cuanto tengas un
momento y avísame cuando pueda venir a recogerlo.
Dicho esto, bajó apresuradamente las escaleras y en cuanto el mecánico se despidió con un silbido, terminó de estallar.
-No soy ningún perro idiota, así que no vuelvas a silbarme en tu vida.
-Si que has bajado mosqueada. Puede que yo consiga animarte...
-Muérete.- salió por la puerta dejando las llaves sobre una mesa y corrió hasta encontrar un taxi. Sean había corrido tras ella pero no la alcanzó.
Llegó a su casa para cambiarse de ropa y ponerse algo cómodo. Ya iba siendo hora de que volviese de nuevo al gimnasio.
-¿No tenías bastante con la morena de tu despacho?
-Ella no me interesa para nada.- había terminado marchándose al ver como la
trataba Sean. Al fin y al cabo, los papeles ya estaban rellenados.
-Entonces la que a ti te pone es la rubia- dijo con una sonrisa.
-Cállate quieres. Brittany es algo más que un cuerpo de infarto.
Sean se volvió loco intentando localizarla durante todo el día, y no sabía si ir a verla era la mejor solución.


Hannah se levantó aquella mañana antes de que sonase el despertador. Tenía la sensación de que había ocurrido algo, pero no podía explicarlo.
Se acercó a ver como estaba Josh, que abrió los ojos al momento.
Le puso en la cama junto a Jason y fue a calentarle la leche para dársela tras comprobar que no quemaba. Mientras se la bebía, Jason despertó.
-Buenos días pequeña- y volviéndose hacia el niño añadió.- Buenos días
enano- se incorporó y apagó el despertador antes de que sonara.
Mientras Hannah se duchaba, Jason preparó a Josh y después hizo la cama. En cuanto ella fue a vestirse, él se metió en la ducha. Fueron juntos a dejar a Josh y como era pronto, desayunaron algo por ahí.
-Has estado muy callada. ¿Ocurre algo?
-Me he levantado con la sensación de que ha ocurrido algo importante.
-¿Qué crees que puede ser?
-No tengo ni idea y sin embargo no me preocupa lo más mínimo.
-Ya verás como al final terminas descubriendolo.
-Eso espero.- se terminó el zumo que se había pedido y se despidió.
Jason aun no tenía pensado ir a la oficina. Primero debía resolver unos asuntos.
-Llegaré tarde esta noche. No me esperes despierta. Cenaré algo por ahí.
-De acuerdo- le besó y se fue. De camino al trabajo pensó en su hermana y en Sean. ¿Y si era por ellos por lo que se sentía así?
Annette la notó especialmente pensativa y se lo comentó mientras almorzaban.
-No es más que una sensación extraña y creo que tiene que ver con mi
hermana.
-¿Le ha pasado algo?
-Si es así espero que al menos sea algo bueno.- Richard les interrumpió
llamando a la puerta.
-Hola preciosas. ¿Que me contáis?
-Hannah tiene un presentimiento.
-¿En serio?
-Seguro que no es nada.
-Si de verdad lo crees entonces es que no es nada malo. Por cierto, vine a verte para decirte que Lisa ya está bien y Josh dormirá ya en casa.
-¿Tan pronto? Yo pensaba que estaríamos más tiempo con él.
-Quedamos que en cuanto Liz se recuperase volvería a casa y mejoró antes de lo que pensaba.
-Vale, pero deja que vaya a buscarle. Yo misma le llevaré a casa con todas sus cosas.
-Está bien.
-Muchas gracias.- estuvo el resto de la jornada pensando en si debía o no
llamar a su hermana entre visita y visita, pero, ¿Y si no tenía nada que ver con ella?
Steven se coló en su despacho cuando ya estaba recogiendo y apagando las luces.
-¿Quieres algo?
-¿Podemos hablar?
-Tengo algo de prisa.
-Solo será un momento- al ver que no respondía continuó.- Vengo a pedirte
perdón. Mi matrimonio está pasando por un mal momento y sé que no he sido honesto.
-¿Por qué te casaste con ella sino la amabas?
-Pensé que me ayudaría a olvidarte, que con el tiempo lo conseguiría. Solo
ahora sé que me estaba mintiendo a mi mismo. Verte todos los días, verte triste o feliz, me parte en dos.
-¿Quieres que deje el trabajo?- siempre pensó que si llegaba este momento se derrumbaría, y en cambio, se sentía como una persona nueva. Era la oportunidad que había estado esperando desde que decidió la carrera que iba a estudiar. Era el momento de sacar sus ahorros de todo aquellos años y montar su propia consulta.
-Creo que sería lo mejor- la idea de perderla del todo le mataba, pero era el
único modo de rehacer y salvar su matrimonio.
-Lo pensaré.- y se alejó con la cabeza alta y una sonrisa.
Recogió puntualmente a Josh y le dijo que tenía que volver a casa. Primero se puso triste, pero echaba de menos a sus padres como es normal.
Fueron a recoger sus cosas y después a su casa. En cuanto Josh vio a su madre se lanzó directo a sus brazos.
-Espero que no os haya causado muchos problemas.
-Para nada. Es una ricura de niño y se ha portado de maravilla. No se ha
despertado por las noches.
-¿Qué le habéis dado? ¿Somníferos?
-Imagino que el baño le relajaba y Jason le llevó ayer al parque y después a dar una vuelta, así que acabó rendido.
-Gracias por todo Hannah.
-Gracias a vosotros por dejar que se quedara en casa.
-¿Vendréis el domingo?
-Pues claro.
-Os espero a las dos en punto.
-Aquí estaremos.
Se agachó y besó al niño.
-Hasta pronto principito.
-Adiós... adiós Hannah.- dijo despidiéndose con ambas manos.
Mientras regresaba a casa pensó en lo sola que iba a sentirse sin Josh, sin contar que Jason llegaría tarde. Al menos contaba con la presencia de su bebé- pensó con una sonrisa mientras se acariciaba el vientre.
Su teléfono sonó cuando estaba abriendo la puerta y corrió a cogerlo antes de que quien hubiese al otro lado colgase.
-Tenemos que hablar.- ¿por qué no se sorprendía?
-Así que yo tenía razón. Sabía que te ocurría algo
-¿De que hablas? En fin da igual. ¿Puedo venir a veros? Sé que queréis estar a solas pero necesito hablar con alguien.
-Jason volverá tarde. Ven y preparo algo para las dos.
-Vale. No tardo.- cinco minutos más tarde llamaba a la puerta de su hermana
mayor.


Jason había echo un par de llamadas antes de ir a la oficina. Ahora ya lo tenía todo listo. Nada impediría que Hannah se subiese al globo con él.
Trabajó mucho durante todo el día y no tuvo tiempo siquiera de ir a comer nada. A media tarde la oficina entera podía oír el ruido que le hacia su estómago.
Uno de los chicos que trabajaban con él le animó a ir a cenar algo con los demás.
Jeremy y Rachel fueron a la agencia a hacer sus reservas. Al final se habían decidido por Grecia. Lo dejaron todo listo. Solo cabía esperar.
Se marcharían en un par de días y no pensaban estar allí más de una semana. Lo importante era alejarse de todo e intentar relajarse y pasar más tiempo juntos.


-¿Como puede ser que hayas tardado tan poco en venir?
-Te llamé desde tu portal.
-Entonces es cierto que estas desesperada.- fue junto con su hermana a la
cocina y le dio una cerveza.- Lisa dice que tenemos que estar el domingo a las dos allí.
-No creo que vaya.
-Pensé que ibas a venir. ¿Por qué ese distinto parecer?
-Por Sean.- le contó a su hermana todo lo ocurrido desde la fiesta de disfraces hasta aquella mañana y como ya se esperaba, Hannah se quedó boquiabierta.
A Brittany le había afectado mucho ver a Sean con otra chica. Estaba celosa, y así se lo dijo.
-No es eso. Primero me dice que me ama y dos días después me lo encuentro con una morena pija sobre las rodillas.- Hannah le arrebató la lata de cerveza antes de que pudiese estrujarla.
-¿Y que piensas hacer? ¿Huir? Lo mejor que puedes hacer es afrontar tus
miedos. Ves el domingo a bailar con él y no le demuestres lo dolida que estas. Estás confundida o lo tienes muy claro. Es así como yo lo veo.
-Lo cierto es que le echo de menos.
-¿Y que pasa con Rick?
-Me gusta, a pesar de lo celoso que es y de las mentiras que le contó a Sean.
-Yo creo que las cosas saldrán por si solas, así que no las fuerces.
-Eso haré.
-Ahora distráete y cena conmigo. Quédate a dormir.
-No es necesario. Tengo casa.
-Es que me sentiré sola, además yo también quiero contarte algo.
Empezó explicándole lo ocurrido con Steven y su idea de restablecerse por su cuenta, lo cual enorgulleció a su hermana menor, y después le soltó la bomba del embarazo.
-¿Se lo has dicho a papás?
-Aun no. Creo que aun estoy intentando hacerme a la idea. Primero quiero
hablar con Jason.
-¿Cuando se lo dirás?
-El sábado.
-Buen regalo. Le matarás de la emoción.- ambas se rieron como cuando eran
adolescentes. Era agradable compartir aquellos momentos de vez en cuando.
Después de la cena, alguien llamó a la puerta. Brittany se levantó enérgicamente y en cuanto abrió la puerta se quedó sin aliento, al igual que Sean, que se encontraba al otro lado.
-No me cierres la puerta, por favor.- suplicó.
-No iba a hacerlo.
-¿A no?- a pesar de que la respuesta le tranquilizaba, no descartó la idea de
que terminara por tirarle algo a la cabeza.- Quería hablar con Hannah sobre lo que ocurrió esta mañana.
-A eso mismo vine yo y quería llamarte.- ¿y si no quería saber nada más de él? No podría soportarlo.- Quería que supieras que lo del domingo sigue en pie.
-Pensé, en fin, después de lo de hoy creí que no querrías saber nada más de
mi, que estabas molesta...
-Lo estaba, de echo, furiosa, aunque el saco de arena del gimnasio acabó con toda esa ira.
-Vaya- pobre saco, pensó- Me alegra que no lo pagarás conmigo.
-Pues me habría encantado, pero la morena te protegía. Con el que si que me
enfrenté es con ese mecánico graciosillo que trabaja contigo. No estaba para bromas.
-Yo tampoco. No es capaz de ver nada más que el físico y te juro que ni
siquiera sé como se llama esa chica. No he dejado de pensar en ti. No puedo sacarte de mi cabeza, ni tampoco de mi corazón.- Hannah se les acercó para decirles que se pusieran en el salón, que ella se iba a la cama, pero Britt se negó.
-Mejor será si nos vamos a tomar algo.
-Entonces coge las llaves y tened cuidado.
-Buenas noches Hannah.
-Que descanses.
-Buenas noches.- fueron a un bar cercano y pidieron sus bebidas. Mientras
esperaban, Sean continuó en donde lo había dejado.
-Cuando nos encontramos aquel día después de tu clase de equitación
cambiaron mis sentimientos hacia ti, que hasta ahora no eras más que una niña, la niña a la que subía a caballito cuando tenía seis años. No me dí cuenta de lo mucho que habías cambiado.
-Solo era la hermana de tu princesita- sonrió con tristeza.
-Lo eras. Ya te lo dije en la fiesta y lo mantengo. Tal y como le he dicho a ese
mecánico que te cae tan bien, eres mucho más que un cuerpo de infarto...
-Oh... Sean- el camarero les interrumpió para dejar el pedido.- ¿De veras crees que hay algo más en mi aparte de lo que ves?
-Estoy completamente seguro, como también lo estoy de lo que me haces
sentir.- la cogió de la mano y se la besó.- No sé como controlarme, como contenerme, porque cuando estás cerca pierdo el control sobre mi mismo.
-¿Eso es malo?
-Lo es a menos que a ti te ocurra lo mismo, y creo que por ahora tienes la
cabeza echa un lío.
-Estoy bastante confundida.- aunque estaba segura de que Sean le gustaba más de lo que podía admitirse a si misma, sin embargo aun esperaba que ocurriese lo que haría que tomase una decisión.
-Esperaré el tiempo que sea necesario.
-De acuerdo, pero quiero que sepas que si esa pija vuelve a cruzarse en mi
camino...
-Le dejé bien claro mis sentimientos, sobretodo tras apartarla de golpe cuando entraste. Era como un pulpo.
-Que niña tan lista...
-Me gusta que estés celosilla.
-No lo estoy, pero me molestó.
-Ahora ya sabes como me sentí cuando te vi con Rick.- recordó lo que había
sentido.- Pensé que me moría de dolor.
-Yo no quiero hacerte daño Sean.
-Ni yo que te lo hagan- al terminar, Sean la acompañó hasta arriba. Se
despidieron con un beso en la mejilla, muy cerca de los labios. Se miraron a los ojos un momento como si fueran a fundirse él uno en él otro.- Buenas noches Brittany.
-Buenas noches. Ten cuidado cuando vuelvas a casa.
-Tranquila, lo tendré. Pasa mañana por el taller y no vuelvas a vestirte igual que hoy porque no me concentro.
-Quizá fuese esa mi intención. Quería que perdieras el control- cerró la puerta
tras de si en cuanto le confesó aquello. Sean se quedó allí inmóvil esperando a que volviese a salir. Jason llegó en ese momento y le miró con curiosidad.
-¿Qué haces aquí?
-El tiempo se detiene cuando uno se enamora.
-¿Y te has enamorado de mi puerta?
-No. De quien hay tras ella.- ¿Hannah?, pensó.- Brittany dormirá esta noche
aquí.
-Ya entiendo.
-Me voy a casa. Nos vemos.
-Hasta otra.- entró en casa y se encontró a Brittany en el salón.- Buenas noches cuñada.
-Buenas noches. ¿Se ha ido ya?
-¿Tú joven enamorado? Si, se ha marchado ya.
-¿Por qué no enseñaban en la escuela que hacer en estos casos?
-Porque es de la experiencia de lo que aprendemos. ¿Dónde está Hannah?
-Dijo que se iba a la cama.
-¿Y Josh?
-Hannah me dijo que volvió a casa esta tarde. Lisa ya está mejor.
-Me voy a dormir. Buenas noches Britt.
Besó a su cuñado en la mejilla y se marchó también a la cama. Hannah le había dejado un pijama preparado. En cuanto se lo puso, se metió bajo las sábanas dispuesta a dormirse, y se dio cuenta de que no podía.
La conversación con Sean no dejaba de dar vueltas en su cabeza y alrededor de las cuatro de la mañana, le llegó un mensaje.
<<Estoy en la cama, solo, sin ninguna morena pija pegada a mi y no puedo dejar de pensar en ti. No hago más que darle vueltas a nuestra charla. Quisiera estar junto a ti al menos para verte dormida de nuevo. Buenas noches preciosa>>.
Brittany se sintió una niña de nuevo. La tentación a contestarle fue más fuerte que ella.
<<Yo tampoco puedo dormirme. Escuchar tu corazón y tu calidez es con lo único que puedo dormirme, y en este momento no estás aquí para que eso ocurra. Buenas noches a ti también>>.
Sean sintió deseos de ir a verla y abrazarla toda la noche solo para que pudiese dormir, pero no estaba en su casa y no quería despertar a Hannah o a Jason.
Brittany se durmió justo después de mandar el mensaje y Sean tras leerlo.
Al despertar, se vistió apresuradamente, hizo la cama y dejó sobre el televisor una nota diciendo que se marchaba.
Se duchó y cambió en su casa y sin hacer caso a lo que le había pedido Sean, volvió a vestirse provocativa.
Llegó al taller y le lanzó una mirada al mecánico con el que se había discutido que se limitó a saludarla antes de meterse de nuevo bajo un coche.
La chica subió hasta el despacho y cruzó la puerta sin llamar. Este levantó la vista de los papeles al oír como se cerraba la puerta y sonrió.
-Creí que no volverías a vestirte así.
-Puede que intente algo que no conseguí ayer.
-Si te refieres a que intentas que pierda el control, he de decirte que lo
conseguiste, solo que no me diste tiempo de demostrarlo.
-Porque estabas ocupado. De todos modos lo que me urge es mi coche.
¿Cómo está?
-Como nuevo. Ayer estuve toda la tarde con él.
-Genial, entonces ¿puedo llevármelo ya?
-Si, aunque era una buena excusa para verte por aquí.
-¿Tienes tiempo para ir a tomarte un café conmigo?
-Claro, deja que coja la chaqueta.
-Te espero abajo.- se marcharon a una cafetería que había a la vuelta de la
esquina. Sean le explicó lo que le ocurría al coche y que tenía suerte de no haber tenido un accidente. Los frenos le podían haber fallado en cualquier momento.
-Es una suerte que hayas decidido cambiar de taller. Deberías demandarles.
Se sentaron al lado de una de las ventanas y fue allí donde les vio Rick.
Decidió que ya iba siendo hora de apartar a Brittany de él porque realmente tenía miedo de perderla. Había menospreciado a Sean y era evidente que a la chica le gustaba.
Se fue a trabajar, puso todo su empeño y toda su fuerza en el juicio, mientras defendía a su cliente. Ganó el caso no solo porque era un buen abogado sino por la misma rabia que sentía al haber visto a Brittany y a Sean juntos, sonriendo, como una auténtica pareja.

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