jueves, 1 de diciembre de 2011

Capítulo 05

A la mañana siguiente cuando despertó, sonrió al ver a Jason durmiendo a su lado. Éste despertó poco después.
-Buenos días preciosa.
-Buenos días.- dijo besándole. Le preguntó si podía ducharse allí para desperezarse.
-Claro que puedes.
-Gracias, es que sino me volveré a dormir.- cuando ella fue a la ducha, el chico se quedó pensativo. Se sentía afortunado. De pronto sintió ganas de ir al baño y se preguntó si a ella le molestaría. Se levantó y llamó a la puerta.
-¿Puedo pasar?
-Estás en tú casa. Entra- al oír el ruido del agua y sin mirarla siquiera, la imaginaba enjabonándose el cuerpo con las manos y como el agua caía sobre ella y no resistió más. Descorrió la cortina y se puso tras ella, volviéndola para que le mirase, la besó y acarició mientras ella le rodeaba la cintura con las piernas. La apoyó contra la pared y la penetró lentamente mientras el agua les caía lentamente sobre ellos.- Y yo que pensaba que eras un buen chico, y en realidad eres un pervertido.
-Y lo soy, lo que pasa es que no sé como controlarme cuando te tengo cerca.
-Pero si no pasa nada. A mi me gusta.
-El problema es que me pasaría el día haciéndolo- ambos se estaban vistiendo para irse a trabajar.
-Quizá algún día. Nunca se sabe.- ninguno de los dos quería marcharse y la idea de quedarse era demasiado tentadora.
-¿Tienes mucho trabajo hoy?
-No, lo normal. Tengo que poner en orden mi despacho. Hace semanas que pedí unos archivadores y aun no me los han traído. Lo peor de todo es que la mayoría de mis historiales están en cajas. ¿Quieres que comamos juntos?
-Claro, ¿Dónde?
-¿Japonés?
-La idea del pescado crudo no me atrae demasiado.
-No es solo eso. Hay un poco de todo. ¿Qué me dices? ¿Te animas?
-De acuerdo. Quedamos en tu oficina a las dos.
-Vale. Iremos en mi coche- antes de irse se tomaron una taza de café y después se fueron a trabajar.
Cuando Hannah llegó a la oficina, Annette acababa de llegar y supo enseguida que estaba de buen humor.
-Si esperas un informe, he de decirte que hasta que no vayamos a desayunar no diré nada.
-¿Y a que esperamos?- bajaron a la cafetería y mientras esperaban a que les trajeran el café, Hannah empezó la historia.
-Antes de ir a casa de Jason, pasé por mi casa y en el portal me choqué con Jeremy.- Annette quiso preguntar pero no fue necesario porque Hannah siguió contando.- Vino a buscar lo que quedaba de sus cosas y mientras yo aproveché para cambiarme de ropa y coger lo que necesitaba. Cuando me di cuenta, me estaba desnudando delante de él sin darme cuenta. Eso si, en cuanto él se dio cuenta salió fuera hasta que terminé.- hizo una pausa al ver que les traían su pedido.- Antes de despedirnos en el portal, me dijo que no quería perderme, que quería que fuésemos amigos y yo opino igual. Me arrepentiría siempre si le alejase del todo de mí.
-Vaya, eso es genial.
-Hay algo más- cogió la taza de café, sopló y bebió para después volver a dejarla- Cuando me despedía de Jeremy, me sentí mareada y de no haberme cogido a él, seguramente me habría caído al suelo y cuando tu te fuiste después de comer, me puse a pensar en la cena de aquella noche con Jason, pero al pensar en comida me entraron ganas de devolver. La primera vez que me ocurrió fue cuando Jason cenó la primera noche en mi casa. Si no hubiese estado allí, no sé que hubiese pasado.
-¿Has ido al médico?
-No, pero llamé. Tengo hora la próxima semana.
-¿Querrás que te acompañe?
-No hace falta, estaré bien.
-Vale, pero avísame si al final no quieres ir sola. Bueno, ¿y que más?
-Después de cenar, nos fuimos a la cama y me dejó su pijama. Nos acostamos y lo hicimos y esta mañana en la ducha, otra vez.
-¿Y que tal?
-No tengo palabras. Fue increíble.
-Que suerte. A mi no me pasan estas cosas ni en sueños.
-Eso me recuerda que tengo que llamar a Carl. Tenían que haberme traído los archivadores hace más de dos días y ni siquiera han llamado.
-De paso dile que venga a verte y me alegre la mañana.
-Si que te gusta…
-Si- la verdad es que desde que lo conoció que no había dejado de pensar en él- pero no vendrá a verme a mí.
Subieron de nuevo a la oficina y cada una se centró en sus tareas. Nada más entrar en el despacho, Hannah marcó el número de su amigo.
-¿Si?
-Carl, soy Hannah. ¿Y mi pedido?
-Están de camino. Llegarán dentro de nada.
-Menos mal, por fin.
-Siento el retraso y no haberte llamado para decírtelo. Se me pasó.
-No importa. Si ya están de camino da igual.
-Bien.
-¿Cómo estás?
-No me puedo quejar, aunque hay cosas que echo de menos.
-¿Cómo que?
-A ti- se produjo un silencio incomodo y entonces volvió a hablar.- No se, el echo de estar con alguien, de saber que cuando salgo de trabajar hay alguien que me está esperando.
-No siempre es fácil de encontrar. Además estoy segura de que hay muchas mujeres a las que les gustaría estar contigo.
-Ya lo sé, aunque no siempre sea la que uno quiere. Bueno, ya nos veremos.
-Carl espera. Ven a verme esta tarde, quiero hablarte de algo.
-Intentaré escaparme, pero no te aseguro nada- aunque ambos sabían que terminaría apareciendo por allí.
-Vale.
-Adiós- cuando colgaron Hannah se quedó preocupada. Carl le había dicho que ya no la quería como a algo más, entonces, ¿Qué le estaba pasando?
Annette interrumpió sus pensamientos para decirle que los chicos que había mandado Carl acababan de llegar. Vio a Hannah distinta, más triste, pero esperaría a que los chicos se fuesen para hablar con ella.
-¿Les hago pasar?
-Si, diles que los coloquen en ese rincón, junto a los demás. Ahora vuelvo.
-¿Estás bien?
-Si, pero necesito tomar el aire.
-¿Estás mareada de nuevo?
-Un poco, pero se me pasará- cuando los dos chicos se fueron, Annette salió en busca de su amiga. La encontró en los lavabos, arrodillada frente a la taza, devolviendo. Le lloraban los ojos del mismo esfuerzo que hacia. Se sentó a su lado, y la abrazó.
-Se acabó. Ahora mismo nos vamos al médico.
-Pero si ya estoy bien. Ya se me ha pasado.
-Y un cuerno. Yo misma te llevo.- entraron en el despacho de la chica, cogieron la chaqueta y el bolso y se fueron. Una vez allí, Annette ya se encargaría de llamar a Jason, a Carl y a quien fuese necesario.
La chica condujo lo más rápido que pudo. Antes de irse, había hablado con su jefe y este a su vez, había dado instrucciones a la otra secretaria y los pacientes de Hannah habían pasado a la otra psicóloga que la sustituía a veces.
Llegaron al hospital pasadas las once de la mañana y fue una suerte que encontrasen al médico de Hannah, que en cuanto la vio, la coló sin miramientos.
Annette le explicó lo que le había dicho mientras desayunaban y el doctor Stanson pidió que le hiciesen un análisis de orina.
Pediré los resultados para hoy mismo, como mucho tardar, para esta tarde. Tendrás que quedarte aquí hasta que sepamos que tienes.
-Pero tengo muchas cosas que hacer. No puedo quedarme.
-Vas a tener que anularlo. Tu salud es más importante.- la chica pidió a su amiga que llamara a Jason para decirle donde estaba y también a Carl para que no fuese aquella tarde a verla. Además, también llamó a Richard, pero no consiguió localizarle.
Mientras tanto, Jason trabajaba en un nuevo programa informático para mejorarlo. Sonreía solo al pensar que cada vez faltaba menos para volver a ver a Hannah. Al pensar en ella sintió un nudo en el estómago. Cuando sonó el teléfono, supo que algo había ocurrido.
-¿Diga?
-¿Eres Jason?
-Si, yo mismo. ¿Con quien hablo?
-Soy Annette, la secretaria de Hannah. Te llamo desde el hospital- sus temores se confirmaban.
-¿Qué ha pasado?
-No se encontraba bien y la traje aquí. No creen que sean nada grave pero prefieren hacerle unas pruebas para asegurarse. Me pidió que te llamara para que anularais lo del japonés- a pesar de todo, Jason sonrió.- Estamos en el hospital central.
-Voy enseguida- colgaron al mismo tiempo.
La siguiente llamada fue más difícil. Temía atragantarse o que no le saliesen las palabras.
-¿Si?
-Carl, soy la secretaria de Hannah- al principio el chico se sorprendió. Hannah nunca pedía a nadie que llamase en su lugar, lo cual solo podía significar que algo no iba bien.
-¿Pasa algo?
-Estamos en el hospital. Hannah no se encuentra bien y me pidió que te avisara.
-¿Está bien?
-No se nada. Ahora mismo le están haciendo pruebas.
-¿En que hospital estáis?- se lo dijo y añadió.- Salgo ahora mismo para allá.
-Vale.- cuando colgó fue a ver como le había ido a su amiga y se asustó al verla tan pálida.- ¿Cómo te encuentras? Pareces un fantasma.
-¿Tan horrible estoy?- la sola idea ya le parecía espantosa.- ¿Has hecho lo que te pedí?
-Sí, y ambos vienen hacia aquí. También he llamado a Richard y no cogía el teléfono, lo intentaré un poco más tarde.
-De acuerdo.
-¿Quieres que te traiga algo?
-Si, un poco de agua. Tengo la garganta seca.
-Vuelvo ahora mismo. No te muevas.
-Si pudiera, ya lo habría hecho- aun encontrándose mal, seguía conservando su sentido del humor y esa era una de las razones por las cuales la admiraba tanto. Poseía una fuerza que no había visto nunca en ninguna otra persona y al mismo tiempo era dulce y cariñosa con todo el mundo. Quizá ese era uno de los motivos por los que era su mejor amiga.
Cuando Richard vio la llamada desde el móvil de Annette se extrañó, pues se suponía que estaba dos plantas más arriba, pero cuando subió y no vio a ninguna de las dos y si a sus sustitutas, se preocupó.
La llamó nada más tomarse un descanso y mientras el teléfono daba línea sintió que algo no iba bien, no sabía que podía ser, pero temía que tuviese que ver con su mejor amiga.
-¿Richard?
-¿Dónde estás?
-Estamos en el hospital. Hannah está fatal y la traje aquí.- contestó mientras cogía la botella de agua de la máquina.
-¿Qué le pasa?
-Por lo que me ha dicho, hace días que se marea y siente nauseas. La encontré hoy en el cuarto de baño llorando después de haber echado el desayuno y posiblemente todo lo comido ayer.
-¿Qué ha dicho el médico?
-Estamos esperando los resultados del análisis que le han hecho. de momento, le ha dicho que no puede marcharse hasta que sepan que le ocurre.
-¿Puede ser anemia?- con todo el estrés que había vivido después de la ruptura con Jeremy no le hubiese extrañado.
-Yo también lo pensé, pero ahora ya no estoy tan segura. La he visto fatal.
-Tiene que estarlo si has podido llevarla al hospital sin que se queje.- ambos sabían el pánico que le tenía la chica a los hospitales. Annette vio llegar a Carl y a Jason y se despidió de su amigo.- Tengo que colgar.
-Dime algo luego.
-Lo haré.- se acercó a los chicos y les llamó.- Yo os llevaré hasta ella.
Ambos la miraron desconcertados. A pesar de ser quien les había llamado y que ya la habían visto antes, no supieron reaccionar.
-¿Dónde está?- Jason no había pasado por alto el echo de que el ex novio de su chica estuviese allí.
-En la sala de espera. Venid conmigo.- mientras la seguían, Carl miró a Jason de reojo. Se preguntó quien sería y que relación tenía con Hannah.
Cuando llegaron y la vieron, se asustaron. Estaba más pálida de lo que Annette la había visto la última vez. Le tendió el botellín de agua esperando que eso le hiciese sentirse mejor.
-Hannah- ella la miró sin verla.- Los chicos están aquí.
-Cariño, ¿Cómo te encuentras?- dijo arrodillándose a su lado.
-Como si me hubiese pasado por encima una apisonadora.- intento sonreír pero le suponía un esfuerzo demasiado grande.- ¿Qué estás haciendo aquí?
-Annette me llamó para decirme que no te encontrabas bien- quiso hacer que sonriera un poco.- pero yo creo que lo que pasa es que no te gusta el japonés y es una excusa para no ir.
-Bueno, la verdad es que ahora mismo la idea del pescado crudo no me atrae para nada.- bebió un poco de agua para quitarse el amargo sabor del vómito que aun sentía.
-Creía que habías dicho que era algo más que eso.
-Y lo es, pero la mayoría es básicamente eso.- el médico les interrumpió anunciando a Hannah que le siguiera. La ayudó a levantarse y le dijo que podía ir con un acompañante si lo deseaba. La chica pensó que lo mejor que podía hacer era pedirle a su amiga que entrara con ella.
Jason y Carl se quedaron allí esperando, algo incómodos por la situación. Al final, Carl no lo aguantó más y habló.
-¿Estás saliendo con ella?
-Si. Desde hace un par de días- miró al chico e intentó descubrir en él los sentimientos que tenía hacia la chica.
-Es estupenda, no solo como amiga, sino también como novia.
-Debió ser duro romper.
-Lo fue, pero eso es algo que ya quedó atrás- no le preguntó como sabía que habían estado juntos, porque en realidad, ya no importaba.
-No sé que es lo que tiene que hace que cada vez la quiera más. Lo único que sé es que incluso antes de conocerla, ya estaba enamorado de ella.- le explicó al chico que eran vecinos y que la conocía de vista desde que se había ido a vivir allí.
-A mi me pasó más o menos igual. La conocía de vista porque es amiga de mis dos mejores amigos. Cuando empezamos a quedar todos, a medida que la iba conociendo, empezó a gustarme mucho. Tardé seis años en declararme, y al final no duró demasiado.
-Lo siento.
-No importa.
Mientras, dentro de la consulta, el médico miraba a Hannah esperando una reacción por su parte. Annette fue la que no soportó más la intriga.
-Dígalo ya doctor, ¿Qué le ocurre?
-¿Cuánto tiempo hace que no tienes el período?
Pues desde el mes pasado. He estado tan estresada que no le di importancia. Además, siempre se me retrasa un mes o dos, ya lo sabe.
-Está vez será por más tiempo. Estás embarazada. Comprobé yo mismo los resultados y no hay duda.- ambas chicas se quedaron sin respiración. No podían creerlo.
-No puede ser…- miró a su amiga y después al médico.- ¿De cuanto estoy?- él miró el informe y de nuevo a ella.
-Según esto, de tres semanas- eso significaba que el bebé era de Jeremy. ¿Por qué le estaba ocurriendo aquello a ella? ¿Qué le diría Jason?- Eso explica porque sentías nauseas y a veces devolvías la comida.- decidió dejarlas un momento a solas para que pudieran asimilar la noticia.
Cuando las dejó a solas, Hannah rompió a llorar. Annette la abrazó y lloró con ella. Intentaba tranquilizarla, pero en realidad, no sabía como.
-¿Por qué tiene que pasarme esto? ¿Por qué tiene que ser de Jeremy?- ahora que las cosas iban bien, que había echo las paces con su ex y acordado ser amigos y que había encontrado a alguien que la quisiera por encima de todo, descubría que estaba embarazada de su ex novio.
-A veces las cosas no tienen explicación. No puedes venirte abajo ahora. Tienes que ser fuerte, por ti, por Jason y por el bebé.- Dios mío, Jason… ¿Y si se lo decía y no quería saber nada? No podría soportarlo, y aunque la quisiera, no podía obligarle a amar al hijo de otro.
-No puedo estar con Jason ahora. No sé como decírselo, ni siquiera sé si me seguirá queriendo cuando lo sepa.
-Tu misma dijiste que era un buen chico. No dejará de quererte solo porque estés embarazada.
-Quizá tengas razón, pero no puedo arriesgarme. Necesito tiempo.
-¿Y mientras tanto que?
-Tendré que alejarle de mí. Al menos hasta que tenga las ideas en su sitio.
-Creo que cometes un error- Hannah se secó las lágrimas justo cuando el médico volvió.
-Aquí tienes. Espero que te sea útil- había aprovechado su pequeña escapada para coger unos folletos que podrían serle útiles al ser madre primeriza.
-Yo también. Muchas gracias.
-Cuando quieras. Y a partir de ahora, cuídate más.
-Lo haré.
Salieron de la consulta intentando que no se notara que habían llorado. Cuando entraron en la sala de espera, Jason y Carl ya eran amigos. Se habían contado mucho él uno del otro, y descubrieron que tenían el mismo gusto en cuanto a coches se refería.
Cuando vieron volver a las chicas se levantaron y miraron con preocupación a Hannah.
-¿Qué te ha dicho?- Annette miró a su amiga esperando a que contase la verdad, pero no lo hizo.
-Anemia. Dice que tengo que cuidarme más a partir de ahora.
-Vaya, menos mal que no es nada grave.
-¿Te encuentras mejor?- preguntó Carl que hasta el momento no había dicho nada.
-Si, es cuestión de acostumbrarse. Me tomaré las cosas con más calma a partir de ahora.
-¿Qué vas a hacer ahora? ¿Volverás a la oficina?
-Creo que no. Llamaré a Steven y le suplicaré que me deje quedarme en casa- aunque sabía que no era necesario. Steven era un jefe estupendo y nunca había tenido ningún problema con él.
-De acuerdo. Llámame si necesitas algo.- como había ido hasta allí en el coche de su amiga, pensó que si cogía el autobús llegaría antes que a pie, pero mientras pensaba eso, Carl también anunció que se marchaba.
-¿Quieres que te lleve?- Annette miró a Hannah y esta asintió con la cabeza indicándole que fuese con él.
-¿No te importa?
-Claro que no, además, así aprovecharé para mirar como han montado aquello esos dos.
-De acuerdo.- se despidió de su amiga y de Jason y esperó que Carl hiciese lo mismo. Le dio la mano a Jason y un beso en la mejilla a Hannah.
-Cuídala tío, por favor.
-Descuida, no te preocupes.
-Estaré bien. Marchaos de una vez.
-Está bien. Hasta pronto.
Una vez la pareja se quedó a solas, él chico le comentó lo bien que le había caído Carl.
-Es un gran chico y se merece lo mejor.
-Me ha parecido notar que a Annette le gusta.
-Muy observador.
-¿Quieres que te lleve a casa?
-Si, necesito dormir un poco.
Pues vamos.- Jason había notado algo distinto en ella, pero no acertaba a averiguar que era.
Llegaron a casa de ella y la acompañó hasta la habitación para que se echara en la cama.
Parecía una niña indefensa ahí tumbada, y a él se le antojó más que nunca estar con ella. Hannah fue cerrando los ojos hasta que se quedó dormida en sus brazos. Jason se levantó despacio de la cama para contestar al teléfono antes de que pudiese despertarla.
-¿Si?
-¿Jason? Soy Julian, de Miramix- la compañía con la que tenía pensado fusionar su empresa.
-Dime, ¿Qué ocurre?
-Hemos estado hablando con nuestros socios de Europa, y quieren conocerte. Me han pedido que te invite a ver nuestras instalaciones de allí y de paso, que expongas tus ideas y proyectos.
-Vaya, no sé que decir.
-Es una gran oportunidad. Podría estar bien- sabía que era cierto, pero entonces no vería a Hannah, y no quería dejarla sola.-Piénsatelo y dime algo.
-Lo pensaré. Gracias.
-A ti.- cuando colgó, Jason volvió con Hannah, se tumbó a su lado de nuevo y la abrazó sin saber muy bien que hacer.
Hannah despertó una hora más tarde. Todo lo ocurrido le parecía un sueño, pero cuando vio a Jason a su lado, supo que no lo era. Llevaba un bebé de Jeremy en su interior y ni siquiera estaban juntos.
Jason la miró con ternura y le preguntó como se encontraba. Había pensado en comentarle lo de la llamada de uno de sus futuros socios. No sabía si ella se alegraría, pero tenía que hacerlo, aunque al final no fuese.
-Me encuentro bien, pero tengo mucha sed.- intentó levantarse pero él no se lo permitió. Insistió en ir él mismo a por el agua.- Gracias.
Aprovechó la breve ausencia del chico para llamar a su jefe y ponerle al corriente. Tal y como pensaba, no opuso ninguna objeción.
-Cuando estés mejor, vienes.
-Eres el mejor jefe del mundo.
-No seas pelota. Cuídate mucho y avisa si necesitas cualquier cosa.
-Lo haré.- cuando colgó se sintió mejor. Era un consuelo tener con jefe como el suyo. Sabía que podía contar con él como el mejor de sus amigos.
-Aquí tienes el agua- Jason le alcanzó el vaso y se sentó a su lado.- Mientras dormías, me ha llamado uno de los propietarios de la empresa con la que estuve negociando el otro día.- Hannah se sintió aliviada. Por un momento llegó a temer que Annette hubiese llamado para contarle la verdad.- Me ha pedido que vaya a Europa unos días.
-Pero eso es genial. Es una gran oportunidad, ¿no?
-Si, de ese modo presentaría mis ideas allí. Julian me ha dicho que quieren conocerme- Hannah estaba feliz por él, pero Jason no lo estaba tanto.
-¿Qué pasa? ¿Es que no te alegras?
-Claro que sí, pero irme significa que no nos veremos, y yo no quiero dejarte sola después de lo que dijo el médico.
-Tengo mi trabajo y podemos hablar todos los días. Ya verás como pasa el tiempo volando, ni te darás cuenta de que no estoy.- pero él sabía que si lo notaría. Estar con ella le llenaba y por primera vez en la vida, no se sentía solo. No quería conformarse con escuchar su voz durante una semana entera.- Jason, ya no soy una cría. Sé cuidar de mi misma.
-Iré si prometes cenar conmigo cuando vuelva.- Hannah pensó que quizá cuando él regresara ya habría decidido seguir sola, pero prefirió decirle que si y que se marchara tranquilo.
-Por supuesto.


-Bueno, cuéntame. ¿Cómo fue todo?
-Fue mejor de lo que esperaba. Estuvimos hablando y acordamos ser amigos.- sin embargo, Richard percibió algo más, algo importante.- Hay otra cosa. Cuando nos despedimos, le dio un bajón y por poco se cae. Me dijo que tenía cita con el médico, pero me quedé preocupado. ¿Sabes tú algo?
-En realidad sí, y yo también lo estoy. Annette tuvo que llevarla hoy al hospital porque la encontró en el baño devolviendo.
-¿Qué le está pasando?
-Aun no sé nada. Vayamos arriba a ver si han llamado.- cuando llegaron, se encontraron a Annette hablando con Carl.
Cuando éste vio a Jeremy deseó marcharse, pero no quería perder ninguna oportunidad para estar con la chica.
-Voy a hacer una llamada. Vuelvo enseguida.- el chico sacó su teléfono y se alejó un poco para hablar tranquilamente.
-¿Dónde está Hannah?
-En casa, con su chico.- Richard la miró como lo hacía siempre que sospechaba algo, pero ya habría tiempo para preguntas.
-Pero, ¿está bien?
-Si, solo es anemia.- pero por la forma en que lo dijo ninguno de los dos la creyó.
Sin embargo no dijeron nada. Quizá Hannah prefería hablar con ellos directamente. Solo esperaban que no fuese nada grave.
-¿Volverá hoy?
-Me dijo que no, que se quedaría en casa para descansar.
-Entonces quizá vaya con Josh más tarde a verla.
-Estoy segura de que eso le gustará.- se volvió hacia Jeremy y le aconsejó que también fuese.- Llámala primero. Ella te dirá lo que debes hacer.
-¿Qué ha pasado en realidad?
-Hannah es quien debe decíroslo.
-Está bien, no insisto. Me marcho ya. Nos vemos.
Poco después de que el chico se marchase, Carl regresó junto a la chica.
-¿Sabes que?- la chica le miró como si no hubiese nadie más.- Te invito a comer.
-¿Y eso por que?
-Por cuidar tan bien de Hannah- la chica sonrió. Cada vez le gustaba más. No podía evitarlo, sencillamente tenía algo que la atraía impulsivamente hacia él. Carl fue a decir que también lo hacia porque ella le gustaba tanto como su acento, pero prefirió esperar. Tenía la impresión que a partir de ese día, visitaría a Hannah más a menudo al trabajo.
-Pues gracias. Eres muy amable.
-No hay de que. Pasaré a recogerte en una hora.
-Aquí estaré.- cuando se cerraron las puertas del ascensor con el chico dentro, la chica se dejó llevar y comenzó a saltar de alegría. Pensó en llamar a Hannah y contárselo, pero era más importante que descansara. Richard la miraba sin comprender, aunque no era necesario hacer preguntas. Era evidente que perdía la cabeza por el ex novio de su mejor amiga.


Cuando salió de allí, Carl se fue directamente a hablar con la pandilla para contarles lo de Hannah. Todos se quedaron de piedra al escuchar lo ocurrido.
Carl intentó medir sus palabras, pues con Juan delante nunca se sabía. No quería que supiese que había alguien en la vida de su amiga. Nadie sabía de lo que era capaz de hacer por estar con ella, sin embargo Carl sospechaba que Juan había intervenido de algún modo en la relación de Jeremy y Hannah.
Todavía no sabía como, pero lo averiguaría. No le importaba el tiempo que pudiese tardar, su amiga se merecía que se conociera la verdad.
-¿Dónde está ahora?
-En casa, descansando.- consultó el reloj y se despidió.- Ya nos veremos.
-¿Y esas prisas?- preguntó Ben con intención.
-He quedado. Hasta otra.- y se fue.
-Menudas prisas. Apuesto lo que queráis a que se trata de una chica.
-Bueno, después de lo de Hannah, ya era hora de que le viésemos así.
-¿Qué es lo de Hannah?- Moi se dio cuenta enseguida de lo que había dicho.
Juan no tenía ni idea de que la chica y Carl habían estado saliendo, y habían acordado que nadie se lo diría, pero ahora ya era tarde para echarse atrás.
-Estuvieron saliendo un tiempo. Antes de que Jeremy regresara.
-¿Cuándo ocurrió exactamente eso?- empezaba a inquietarse. Al parecer cualquiera podía salir con ella, sin embargo él creía ser el único que la haría feliz.
-Fue cuando estuviste fuera- se atrevió a decir su hermano pequeño.
-Maldita sea…- se levantó y se marchó, sin despedirse.
-¿Creéis que se ha cabreado?- preguntó Ben.
-Si lo ha hecho, es su problema. Por mi parte, la protegeré de él- miró a los hermanos de Juan lamentando su situación. Lo sentía por ellos, pero hacia tiempo que pensaba que Juan podía ser peligroso y no podían arriesgarse.
-Nosotros estamos de acuerdo. Es nuestro hermano, pero no sabemos de lo que es capaz, y la verdad es que Hannah ha sido importante desde el principio.


La curiosidad podía más que él. ¿Qué podría haberle ocurrido a
Hannah para que tuviesen que llevarla al hospital?
Por la mañana ya la había oído decirle a su amiga que no se
encontraba demasiado bien, pero no pensó que pudiese llegar a este
punto, aunque ella fuese la primera en sorprenderse.
Un detalle que le pareció importante era que Carl tuviese tanta
prisa en marcharse.
No sería que…
Y había algo más. No le gustó nada como reaccionó Juan cuando se
enteró de que Hannah y Carl habían estado saliendo juntos. El hecho
de que conociese esa parte de la vida de la chica solo traería
problemas.
Él nunca había confiado en Juan. Así se lo había dicho en sus cartas.


Silvia llamó aquella tarde a Hannah para saber algo de ella, pues no tenía noticias suyas desde que le había pedido el teléfono de Jason. La llamó a casa al ver la hora que era.
-¿Diga?
-¿Jason?- creyó saber quien era, pero prefería estar segura.
-El mismo.
-Soy Silvia, ¿Está Hannah ahí?
-Si, pero duerme.- el chico le explicó rápidamente lo ocurrido, e insistió en que no se preocupara.
-Dile que me llame cuando se despierte.
-Lo haré, tranquila.
-Gracias, hasta pronto.- cuando colgó, le hizo señas a Héctor para que se acercara a hablar con ella, y contarle que Jason estaba en casa de Hannah. Estaba segura de que había ocurrido algo entre ellos y se moría por conocer los detalles.
-Vaya, vaya. Primero Aïda y Carlos, ahora Jason y Hannah… Voy a tener que ponerme las pilas.- dijo guiñándole un ojo.
-Menos lobos, caperucita…- sabía que no era justo resistirse a él, pero de momento era lo único que podía hacer.
-Me desesperas…- volvió cabizbajo hasta su mesa, pero en realidad estaba feliz.
Algo le decía que Silvia y él terminarían juntos, tardase lo que tardase. Sabía que no era fácil pero merecía la pena.
-Y tu a mi- concluyó con un susurro.


No le resultaba fácil hacer aquella llamada, pero tenía que hacerlo si quería conocer lo que realmente le ocurría a Hannah.
-¿Si?- reconoció la voz somnolienta de su amiga al otro lado de la línea.
-Hola preciosa.
-¿Jeremy?- se lo había parecido, esperaba no equivocarse. Jason se volvió al oír el nombre. Le ponía nervioso que mantuviesen una relación. Temía que aquello terminara por hacerles daño a la larga.
-Si, ¿Cómo te encuentras? Annette nos ha contado lo ocurrido- ¿Qué iba a ser padre?- No deberías trabajar tanto. La anemia es algo serio.
-Si, pero estoy bien.
-¿Quieres que vaya a verte? Richard pensó que podía ir con él y con Josh para hacerte una visita.
-Me encantaría, pero prefiero que nos veamos en otro momento- aprovechó que Jason salía un momento de la habitación para pedirle algo.- Quiero que le pidas a Rachel que venga. Quiero hablar con los dos.- aquello todavía era más inquietante. No sabía que podía ser tan importante para que su chica tuviese que estar presente.- Quedamos mañana para comer en el bar. Por favor Jeremy, haz que venga.
-Claro, quédate tranquila.- Ahora si que estaba preocupado. Al colgar sintió un nudo en la boca del estomago.
Jason regresó al poco rato. Había salido de la habitación para no sentirse amenazado por aquella llamada. Sospechaba que Hannah le ocultaba algo y la incertidumbre acabaría con él.
-¿Y bien?
-¿Y bien qué?
-¿Va a venir?- deseaba que dijese que no.
-No, pero he quedado mañana con él y su novia para comer. Quiero hablar con ellos de algo.
-Vale, genial. Entonces comeré en la oficina.
-¿Te has enfadado?- al ver que no respondía, Hannah se levantó y se sentó frente a él.- Mírame por favor.
-Lo siento, pero no entiendo como puedes hablarle después de todo lo que has pasado por él.
Porque no fue el único culpable. Ambos tuvimos parte de culpa, y a parte, alguien se interpuso- Jason la miró extrañado pero no dijo nada.- Nos hicieron desconfiar él uno del otro.
-Cariño lo siento. No quería portarme como un imbécil, pero es que yo…
-Tranquilo. No importa.- se abrazaron y después él se ofreció a hacerle algo para comer.
Mientras comían, en la cama, viendo una película antigua, Hannah insistió.
-¿Te importa si quedo mañana con ellos? Sinceramente.
-No. He pensado en lo de Europa. Quiero ir.
-Me alegra saberlo. Ya verás como no te arrepientes.
-Te quiero- susurró antes de besarla.


Tal y como prometió, Carl había regresado en su busca al cabo de una hora. Esperó a que la chica terminara de hacer unas llamadas y se fueron.
La llevó a un restaurante griego, pues sospechaba que no había ido nunca y que le gustaría.
-Estoy impresionada. Esto está delicioso.- comentó en cuanto lo probó.- No había probado nunca algo así. Simplemente no me atrevía a entrar, y debo admitir que cuando vi a donde íbamos, sentí miedo.
-Me alegra que te haya gustado- mientras hablaba con ella, se dio cuenta de que no podía apartar la mirada de Annette ni un segundo. Le gustaba cada palabra que salía de su boca. Como dejaba arrastrar la conversación, y eso lo volvía loco.
Ella se dio cuenta y aprovechó la situación para quitarse el jersey y quedarse con una camiseta de media manga con un abundante escote.
-Hace calor aquí, ¿verdad?- Carl empezó a notarse las manos sudadas. No pensó que pudiese ocurrirle aquello.
-¿Tú crees?
-Oui- antes de volverse aun más loco al escucharla hablar su idioma, se disculpó y fue al baño a mojarse un poco la cara.
Mientras le esperaba, Hannah la llamó.
-Hola, ¿Cómo estás?
-Mejor. ¿Dónde estás?
-En un griego.
-Creí que no te atrevías a entrar. ¿Qué te ha hecho cambiar de idea?
-He venido con Carl. Me ha invitado a comer.
-¿Me estás tomando el pelo?- no podía creerlo. Aquello no era normal en él. De echo, cuando estaban juntos prácticamente debía suplicarle que la llevase a comer fuera.
-¿Tanto te sorprende?
-Ni te lo imaginas.
-Bueno, ¿Qué ocurre? ¿Se lo has dicho ya?
-No, primero quiero hablar con Jeremy y Rachel. He quedado mañana con ellos para comer.
-¿Y después?
-No lo sé. Jason se va de viaje y estará toda una semana fuera. Tomaré una decisión mientras no esté.
-¿Cuándo se va?
-No me lo ha dicho, pero supongo que querrá ir cuanto antes.
-De acuerdo. Tengo que colgar, ya vuelve.
-No seas mala con él.
-Nada me gustaría más…- dijo con una sonrisa.- solo que hablamos de maldades distintas.
-Ya me imagino, pervertida.
-Yo también te quiero- y eso fue justo lo que oyó Carl. Cuando colgó, sentía la mirada del chico sobre ella. Al devolverle la mirada, vio algo que no le gustó. La desilusión.- Carl, ¿te pasa algo?
-¿Tienes novio?- esperaba que dijese que no. No quería alejarse de ella. Era lo último que quería.
-En realidad no. Si lo preguntas por lo que has oído, he de decirte que hablaba con Hannah.
-Lo siento- se sintió un estúpido. Si se mostraba celoso, Annette terminaría dejándole de lado.
-No importa.- pidieron café y mientras esperaban a que se lo trajeran, Annette se dejó llevar por la curiosidad.- ¿Qué pasaría si tuviese novio? ¿Cambiaría tu interés por mí?
-Supongo que no, pero tendría que aceptarlo y echarme a un lado. Limitarme a que solo fuésemos amigos.
-¿Y que quieres de mí?
-Me gustas, pero estas cosas llevan su tiempo y yo no tengo ninguna prisa.
-Entonces podemos vernos como amigos y ver que pasa.
-Me parece bien.
Después del café, Carl pagó la cuenta y la acompañó de nuevo hasta la oficina. Al despedirse, ella le besó en la mejilla, muy cerca de los labios.
-Gracias Carl.
-De nada. Hasta la próxima- y se alejó con una sonrisa.


Jason entró de nuevo en la habitación a ver como seguía su chica, y la encontró leyendo muy feliz.
-¿Ha pasado algo?
-En realidad si. He llamado a Annette, y ¿adivina?
-¿Qué ha pasado?
-Estaba con Carl en un restaurante.
-Vaya, ¿quieres decir que va en serio?
-Solo digo que es genial.
-Bueno, entonces debe de gustarle muchísimo.
-Eso espero, porque Annette está loca por él.
-Quiero que me prometas una cosa.
-¿Qué es?- dejó el libro y le miró.
-Que no vas a dejarme nunca- ¿Cómo iba a prometerle aquello sino sabía como afrontar lo del bebé?
-Eso es algo que no se puede decir. Dejemos que el tiempo decida.
-De acuerdo. Como quieras. Supongo que no se puede luchar contra el destino. Si tenemos que estar juntos, lo estaremos.
-Eso es. ¿Sabes lo que me apetece?- Jason negó con la cabeza.- Un baño. Con mucha espuma. ¿Te apuntas?
-Por supuesto. Dame tiempo para llenar la piscina que tienes ahí a dentro.
-Se llama jacuzzi- cuando hizo las obras para juntar los dos cuartos de baño, puso uno para poder bañarse alguna vez con su pareja.
Cuando estuvo llena, Jason entró de nuevo en la habitación para quitarse la ropa, y se encontró a Hannah completamente desnuda. Se acercó a él, que no podía apartar la mirada de su cuerpo, ni tampoco las manos por mucho más tiempo, y comenzó a desnudarle.
-No sé como lo haces, pero no puedo contenerme cuando te pones así delante de mí.
-Pórtate bien y vamos a darnos un baño.- la siguió hasta el cuarto de baño y la ayudó a entrar. Hannah se sentó entre las piernas del chico y dejo que le masajeara los hombros. Empezó a sentirse muy relajada. Deseaba hacerlo con él allí mismo, y por lo que notaba, Jason también quería.
-Me tienes completamente cogido. No sé que me has hecho, pero no quiero que termine.
-Yo no hice nada. Solo te dejaste guiar- le excitó escucharla con aquella voz ronca que ponía a veces.
Comenzó acariciándole los pechos, y fue deslizando las manos cada vez mas abajo. Oírla gemir le provocaba aun más. La cogió de la cintura y la sentó sobre él, de espaldas, para penetrarla.- Hannah se movía lentamente hacia arriba y abajo cada vez más rápido.
Al terminar, Hannah dejó caer su cuerpo hacia atrás, quedando sobre él para besarle.
-Eres increíble.- y no mentía, pero era consciente de que no debía haber ocurrido y menos siendo consciente de que estaba embarazada. Era nueva en eso y no sabía a que atenerse.
-Tú también- se quedaron abrazados un rato más y salieron cuando el agua empezaba a enfriarse.- ¿Estás más relajada?
-En realidad sí. He pensado que me gustaría salir de fiesta. Lo necesito.
-El médico te dijo que te tomases las cosas con calma.
-Y lo haré, pero es algo que quiero hacer.
-Bueno, ¿vas a ir con las chicas?
-¿No te importa?
-Mientras no te vayas con otro…


Jeremy fue a buscar a Rachel al trabajo, y ésta notó que algo ocurría, pero prefirieron hablarlo tranquilamente en casa.
-¿Me lo vas a contar?- preguntó la chica mientras ambos se movían en la cocina para preparar la cena.
-Hoy han tenido que llevarse a Hannah al hospital. Dicen que es anemia, pero hay algo que no me termina de encajar.
-¿Sigue en el hospital?
-No, está en casa- le contó que al parecer había alguien en su vida.- La llamé para ver como se encontraba, y me pidió que quedásemos mañana para comer. Quiere que tú también vayas.
-¿Yo? ¿Por qué?
-No lo sé, pero debe ser importante si quiere que estemos los dos.
-A lo mejor no es buena idea.
-Me pidió que insistiera. Hazlo por mí.- Rachel cedió finalmente. Sabía hasta que punto era importante Hannah para su chico.
-Está bien, iré.
-Gracias.- cenaron tranquilamente, pero en el fondo, ambos temían lo que pudiera decirles la chica.
-¿De verdad?
-Claro que sí. Si eso es lo que tú quieres no puedo impedírtelo.
-Genial. Hablaré con las chicas y a ver que deciden.
-Vale- a pesar de que la idea no le hacía demasiada gracia, no quería que Hannah pensara que no confiaba en ella.- Por cierto, Silvia llamó antes y me pidió que la llamaras cuando despertaras.
-Alcánzame el teléfono por favor- marcó el número de su amiga y esperó a que respondiera.
-¿Diga?
-Aïda soy Hannah. ¿Tienes a tú hermana por aquí?
-Está en la ducha. ¿Cómo estás?
-Más descansada. Oye, he pensado en salir un día de estos. ¿Qué te parece?
-¿Solo chicas? Hace mucho que no lo hacemos. Sería genial.
-Háblalo con Silvia y decidme algo.
-Se lo diré en cuanto salga. Seguro que le encanta la idea.
-Vale, y dile que estoy bien, que no se preocupe.
-Lo haré. ¿Cuándo habías pensado en hacerlo?
-¿Qué tal el sábado?
-Perfecto. Hasta pronto.
-Adiós- miró a Jason y le dijo cuando colgó.- Será una noche exclusivamente para chicas.
-Que remedio. Les diré a los chicos de salir por ahí.
-Buena idea. ¿Cuándo irás a Europa?
-He pensado que podría ir allí el lunes.
-Vaya, que pronto.
-Cuanto antes vaya, antes volveré- y antes tendría que tomar una decisión. No quería dejarle, pero tampoco podía retenerle si él no aceptaba la situación.
-Si, supongo que tienes razón. ¿Dónde está esa empresa exactamente?
-Creo que en Italia. Tendría que preguntarlo.- Hannah cogió de nuevo el teléfono.
Está vez para llamar a Richard. Como no contestaba, dejó el mensaje en el buzón para que no fuese a verla y que ya le llamaría.
-¿Puedo pedirte un favor?
-Claro.
-Vayamos al cine.- si lo suyo no iba a durar mucho, quería aprovechar el tiempo que le quedaba antes de que se fuera para estar con él.
-¿Y que quieres ver?
-Lo decidiremos allí.
-Está bien- cada vez estaba más seguro de que le ocurría algo, ¿pero que?
-Me visto y nos vamos. Cenaremos algo por ahí- tardó menos que quince minutos en arreglarse y ofrecía un aspecto estupendo.- Estoy lista.
-Pues venga- cogieron sus cosas y bajaron al parking a coger el coche.
-¿Quieres llevarlo tú?
-Como quieras.- le entregó las llaves y se sentó en el asiento del copiloto mientras esperaba a que Jason subiese y lo pusiera en marcha.- ¿Qué quieres comer cariño?
-Algo rápido. ¿Un bocadillo?
-Me parece bien- compraron las entradas antes que nada, y después se fueron a cenar. Hannah pidió un bocadillo vegetal y un agua, y Jason uno de hamburguesa con patatas fritas y una cerveza. Cuando ya llevaban un rato hablando, Hannah se puso triste. Jason miraba con preocupación como ella intentaba que las lágrimas no saliesen de sus ojos.- ¿Qué tienes?
-Te voy a echar mucho de menos cuando te vayas. En estos días que hace que estamos juntos, me has hecho la persona más feliz del mundo y ahora sin más, te marchas por toda una semana y no sé…- quiso decir que quizá cuando él regresara todo habría terminado, pero pensarlo no hacía otra cosa que entristecerla más.
-Tú me animaste a ir, y aun no he hablado con Julian. Si no quieres que me vaya, dímelo.
-No quiero que lo hagas por mí. Es importante para ti y para el futuro de tu empresa que hagas este viaje. Solo quiero que sepas que me sentiré sola.
-Yo también, pero todo irá bien. ¿Qué pasaría si fuese al revés?
-Te diría lo mismo.- Jason la cogió de la mano y se la besó.- Te quiero.
-Te quiero.- miró el reloj y se terminó lo que quedaba de su bebida.- Es hora de irse o la cogeremos empezada.- Habían escogido para ver una película que había recibido muy buenas críticas.


Cuando Richard escuchó el mensaje pensó que era mejor no llamarla. Quizá quería descansar y prefería estar tranquila. Decidió que la llamaría al día siguiente en el caso de que no fuese a trabajar.
También había otro mensaje. Era de Jeremy. En él parecía muy preocupado. Le decía que Hannah le había pedido que quedasen al día siguiente para ir a comer, pero Rachel debía asistir también. Aquello extrañó al chico al mismo tiempo que le intrigaba.
Comentó lo que pensaba con Lisa, que estaba de acuerdo con que algo le pasaba a Hannah.
-Deberías hablar con ella.
-Estoy de acuerdo. Algo ha pasado en el médico que quiere ocultar y debe de ser importante para que Annette mienta.
-Entonces cuanto antes hables con ella, mejor.
-Había pensado en hacerle una visita con Josh. ¿Querrás venir?
-Claro.

Cuando terminó la película, Hannah aun temblaba. No había pasado tanto miedo en toda su vida, sin embargo, Jason estaba de lo más feliz, porque la había estado abrazando a lo largo de la hora y media que duraba la película.
-Deberíamos entrar de nuevo a verla.
-¿No hablas en serio, verdad? Tengo la piel de gallina solo al pensarlo.- Jason rió al verla de ese modo, porque le encantaba que a veces quisiera sentirse protegida.
-¿Qué quieres hacer ahora?
-Ir a la playa.
-Hace frío.
-Tengo una manta en el coche. Me gusta oír el ruido de las olas por la noche.
-Está bien, vamos.
-Gracias.
Llegaron a la playa pasada la media noche. Cogieron la manta y una toalla que también tenía en el maletero y empezaron a andar por la arena. Se habían quitado los zapatos y los calcetines.
Para Jason era algo completamente nuevo y el contacto con la arena fría, le hizo sentirse niño otra vez.
Se sentaron cerca de la orilla, abrazados. Hannah cerró los ojos y escuchó atentamente el agua.
-Esto es precioso. Nunca antes había venido de noche.
-Sabía que te gustaría. Vamos a andar un poco por la orilla- se levantaron, cogieron las cosas y echaron a andar. Recorrieron la playa entera y después se fueron porque empezaba a refrescar.
-Ha sido increíble. Deberíamos repetirlo.
-Si, es mi sitio preferido. Nunca me canso de venir por las noches.- de camino a casa, Jason pensó que aunque al día siguiente trabajara, no le habría importado quedarse un rato más.- En verano vengo de día, pero no tiene nada que ver. Sea la época que sea, por la noche es muchísimo mejor.
-¿Irás mañana a trabajar?
-Seguramente, pero sin excederme. Trabajaré hasta el mediodía y después iré a comer con Jeremy y Rachel.
-¿Entonces cuando nos veremos?
-Por la noche. ¿Cena y película?
-¿Y palomitas?
-Ajj… que asco- ya sabía que no le gustaban. En el cine había puesto caras al ver que él compraba, pero no podía evitarlo. Aparcó el coche y acompañó a Hannah a casa.
-Buenas noches cariño. Descansa.
-¿No te quedas?
-No puedo. Mañana tengo que dejar resultas algunas cosas.
-Pues vaya.
-Puedo quedarme hasta que te duermas.
-No, da igual. No importa- pero si que importaba. Ella esperaba que estuvieran juntos hasta que se fuera.
-¿Estás segura?
-Si. Buenas noches.- se besaron y ella esperó a que se subiera al ascensor para cerrar la puerta. A pesar de que no dormirían juntos, había sido una noche mágica, y todo gracias a Jason.
Se acostó tras ponerse el pijama pero no conseguía dormirse, de modo que se levantó y encendió el ordenador para mirar el correo. La mayoría de los e-mails eran de su hermana contándole chorradas pero que consiguieron hacerla sonreír.
Adoraba a su hermana. La había cuidado desde que nació. Se acarició el vientre y pensó que iba a ser madre. Estaba segura de que podría cuidar al bebé que tenía en su interior. Había cuidado de Brittany, e incluso alguna vez de Josh. Podía hacerlo, y de pronto la idea le pareció terriblemente hermosa. Lo peor de todo es que quizá tendría que cuidarlo sola. Si Jeremy se desentendía y Jason no quería seguir con ella, se convertiría en madre soltera, y aunque eso no le asustaba, la idea de perder a su chico si que lo hacía.
Finalmente volvió a acostarse y se durmió con las manos sobre su vientre, pensando en el bebé y en el futuro.

1 comentario: