lunes, 12 de diciembre de 2011

Capítulo 16


Por su parte, el resto de la pandilla terminó cansándose de bailar y se sentaron un poco para hablar de lo que habían echo por separado.
Carl y Annette no hacían más que lanzarse miradas él uno al otro, sin terminar de decidirse a dar el paso.
Cuando Hannah pasó de tomar ponche y se levantó para ir a buscar un botellín de agua a la máquina, su amiga la acompañó.
En cuanto se alejaron, Carl golpeó la mesa con la cabeza unas cuantas veces.
-¿Qué le pasa a este?- Aïda le miraba sorprendida y los chicos se rieron hasta que Ben respondió.
-Parece que Carl se nos ha enamorado.
-¿Hablas en serio?- ahora era Silvia la que alucinaba.
-Si, y estoy muy asustado.
-Es Annette, ¿verdad?
-Si. Me da miedo estropear lo que tenemos porque estoy genial cuando estamos juntos y pensaba que a ella le pasaba igual.
-Mira Carl- empezó diciendo Rachel- nunca sabrás lo que puede ocurrir si no asumes ese riesgo.
-En ese balneario, ¿habéis hablado de vuestros sentimientos?
-Por supuesto.
-¿Y cuales son los de Annette?- las tres amigas sonrieron, pero Aïda fue quien respondió.
-Todas tenemos algo que esconder. Algún detalle o sorpresa que con el tiempo se irán descubriendo.- Se volvió hacia Carlos y le besó.
-Desde luego no hay quien os entienda.


-¿Qué vas a hacer?
-Me voy a lanzar. Me arriesgaré.
-Me parece bien. Las cosas empiezan a ponerse interesantes.
-Si. Tú observa.- se acercó lentamente a la mesa y le tendió la mano al chico para sacarle a la pista.
Los demás les miraban atentamente esperando lo que iba a ocurrir a continuación.
-¿Por qué me elegiste a mí para bailar?
-He oído que has estado practicando. Quiero que me enseñes lo que has aprendido.
-Quiero pedirte perdón. Sé que no me porté como debía y he estado pensando mucho estos días. Hay algo de lo que quiero hablarte.
-De hecho yo también quiero decirte algo. Creo que es el momento y todo depende de lo que ocurra hoy.
-Estoy de acuerdo.
-Me he enamorado de ti- antes de que él pudiese decirle lo mismo, ella siguió.- Sé que te da miedo, que quizá me precipito, pero ya no soy una niña. Quiero tener una relación de verdad y sé que puede funcionar.
-No era eso lo que esperaba.- la atrajo contra su cuerpo y le habló como tantas veces había deseado.- ¿Quieres salir conmigo?
-Oui.- respondió con una sonrisa. Le mordió dulcemente el labio para besarle.
Se formó todo un corro a su alrededor para felicitarles y desearles lo mejor.
Hannah desconectó momentáneamente para pensar en como les irían las cosas a Brittany, Sean y Rick.
Esperaba que su hermana fuese inteligente y escogiese a quien pudiese hacerla feliz.
Se volvió hacia Jason y le comentó lo que había hablado con Richard.
Tal y como esperaba al chico le hizo tanta ilusión como a ella, además, después de la muerte del bebé que había sentido un vacío y deseaba que tuviesen uno propio.
-¿Te apetece que nos vayamos ya a casa? Habéis hecho un camino muy largo y debes de estar cansada.
-Un poco sí, aunque temo que no es solo por eso que quieres que nos
vayamos- Jason sonrió con picardía.
Se despidieron de los demás que también pensaban en marcharse.
En cuanto llegaron a casa, mientras él preparaba la bañera, Hannah se desvestía camino al baño. Al verla, Jason se estremeció.
Olvidó lo que estaba haciendo y se acercó a ella para sentir el calor de su cuerpo al que tanto había extrañado aquellos dos días. Cerraron el agua y fueron hasta el dormitorio.


Hannah despertó poco antes de que sonase el despertador. Lo apagó y miró a su chico. Estaba deseando que llegase el sábado para darle la noticia.
Sabía que como muy tarde Jason se despertaría a las diez y Richard le traería las cosas después de comer así se quedaba más tranquila.
Una vez duchada y arreglada se acercó a su chico para besarle en el momento en que abría los ojos.
-¿Cuánto tiempo llevas despierto?
-Desde que oí el secador.- respondió mientras bostezaba y se estiraba.
-No olvides que Richard vendrá a traer las cosas del niño.
-Tranquila. Tengo que hacer un recado pero volveré antes de que él venga.
-Y yo iré a buscar a Josh y después vendremos directamente.
-Vale. Hasta la tarde.
En cuanto se fue, Jason se levantó de un salto. En realidad el único recado que debía hacer era quedar con Rachel y conseguir un bonito anillo de compromiso para su chica.
Probó suerte intentando localizar a su amiga y la tuvo porque estaba llegando ya al trabajo.
-Comemos juntos si quieres y miramos por el centro comercial a ver si encontramos algo para ella.
-Me parece bien. Detesto comer solo.
-Perfecto. A las dos frente la entrada.
-Echo.
-Cuelgo que tengo que hablar con mi jefa.
Se mantuvo ocupado en su trabajo hasta media mañana que le interrumpió la llamada de Richard diciéndole que podía escaparse en aquel momento para llevarle las cosas de Josh, lo cual era perfecto. De ese modo podría mirar tranquilamente el anillo para Hannah.
Rachel por su lado pidió las tan deseadas vacaciones a su jefa quien no tuvo ningún inconveniente, pues Rachel siempre cumplía y nunca le había fallado.
Solo faltaba que Jeremy le confirmase que días elegir.
Tras la visita relámpago de Richard, Jason cogió sus llaves y fue a buscar a Rachel, quien ya le esperaba.
-¿Hace mucho que te esperas?
-Que va. Acabo de llegar.- sonreía de oreja a oreja, y no pasó desapercibido.
-¿No me vas a contar?
Le contó lo ocurrido y él se alegró mucho por ella. La verdad es que habían pasado un mal año y se merecían tener una oportunidad como aquella.
Tras visitar un par de joyerías estuvieron a punto de rendirse cuando al pasar por delante de la tercera, Jason se detuvo.
Rachel se paró en seco para volverse hacia él y miró hacia donde miraba el chico. Allí estaba, en el escaparate. Era algo increíblemente bonito. A Hannah le iba a encantar.
Una alianza de oro blanco con una pequeña esmeralda sobre una pequeña flor azul en el centro. Y puesto quedaba aun mejor.
También cogieron el estuche. Había de muchas formas y colores pero uno en especial llamó su atención. Uno en forma de rana con los ojos saltones.
-Es precioso. No veo ningún motivo para que te diga que no.
-Gracias. ¿Le has contado ya a Jeremy la buena noticia?
-Aun no. Le llamé pero no me cogió el teléfono. Imagino que igual estaba conduciendo, así que le dejé el mensaje.
-Seguro que él tampoco tendrá ningún problema.
-Yo también lo veo así. Ya iba siendo hora de que nos ocurriese algo bueno.
-Si. Hasta ahora ha intentado hacerse el fuerte y le debo mucho. Yo sé que si no hubiese sido por él no habría sido capaz de viajar hasta Italia. Él me mantuvo en pie cuando no me veía con fuerzas.
-Sabía que no podía dejarte solo.
-Es curioso. Echando la vista atrás, se me hace raro pensar en lo mucho que le envidiaba en un principio y ahora es mi mejor amigo.
-Yo pensaba igual de Hannah. La envidiaba tanto que al mismo tiempo la admiraba. Siempre me pareció una persona fuerte, pero no vi hasta que punto hasta que la conocí.


Jeremy respiró hondo antes de entrar en el despacho de su jefe. Iba a ser sincero y directo a la hora de hablar con él. Necesitaba esas vacaciones y no se marcharía de allí hasta que las consiguiese.
Tantos nervios no le sirvieron de nada. En realidad su jefe ya estaba pensando en ofrecérselas por su cuenta. Últimamente no había mucho trabajo y podían arreglárselas un par de semanas sin él.
Llamó a su chica justo cuando esta se terminaba su café e iba a despedirse de Jason.
-¿Me has llamado?
-Si.- se contaron las novedades y acordaron los días que iban a pedir tras consultar en algunas agencias.- Paso a buscarte esta tarde y miramos a ver que vemos.
-Me parece bien.
-Hasta luego.
-Adiós.
Cuando colgaron, Rachel pensó en algo. ¿Dónde iba Jason a esconder el anillo?
-Ya he pensado en eso. Mi disfraz colgará del armario seguramente durante algún tiempo. Lo guardaré en el bolsillo del pantalón.
Tras darle las gracias por millonésima vez, cada uno se fue por su lado.
Cuando llegó a casa, colocó las cosas de Josh en la habitación y trabajó durante un rato más.


Annette y Carl habían estado parte de la mañana mandándose mensajes para decirse en realidad, nada importante. Lo único que les importaba era que por fin estaban juntos.
Las cosas iban sobre ruedas. Sabía que Jeremy y Rachel solucionarían sus problemas y en cuanto a los demás, no estaba preocupada, aunque debía admitir que el asunto amoroso de su hermana la tenía en ascuas.
Antes de irse, Richard fue a verla para decirle que ya tenía todo lo que podía necesitar en su casa.
-Gracias de nuevo por dejarnos al niño estos días. Nos irá bien.
-Jason cree que quizá os anime a tener uno propio- la chica se rió y él vio en sus ojos algo que ya había visto antes.- ¿Cuándo vas a decírselo?
-Esperaré hasta el día de nuestro aniversario- se detuvo un momento y le miró sorprendida. ¿Cómo lo sabes? Solo se lo he dicho a las chicas.
-He aprendido a conocerte y hay algo en tu mirada.
Ella le pidió disculpas por no habérselo dicho, pero a él no parecía importarle. Comprendía que quisiera mantenerlo en secreto. De echo, Lisa y él habían echo lo mismo con Josh. No dijeron nada a nadie hasta que se casaron.
Después de que su amigo se marchara, intentó dejar todo en orden antes de ir a buscar a Josh. De camino al ascensor, se cruzó con Steven pero él la evitó como si nada. La chica se volvió hacia Annette y esta se encogió los hombros. Hacia varios días que Steven se comportaba de un modo extraño, y no se marcharía hasta conocer el motivo.
Le siguió hasta su despacho y se coló en él.
-¿Te he hecho algo?- Steven se volvió hacia ella, deseando que no estuviese allí. Cerró los ojos esperando a que cuando volviese a abrirlos, Hannah desapareciese.
-Márchate.
-¿Por qué?
-Porque no soporto verte todos los días y tener que controlar las ganas que tengo que besarte, de estrecharte entre mis brazos...- ya lo había dicho. Por fin, después de todos aquellos años.
-¿Qué me estás diciendo? ¿Te has vuelto loco?
-¿Vas a decirme que no te habías dado cuenta? ¿Qué no oyes lo que todo el mundo dice?
-No acostumbro a hacer caso de los rumores.
-Hannah vete a casa. Verte solo me hace más daño.- ¿por qué todos los tíos se comportaban como idiotas? Salió dando un portazo.
-¡Será capullo! Es la última vez que le digo algo.- Annette la miró asombrada. Hannah nunca hablaba de ese modo. La observó tomar aire para después decirle en tono más calmado.- Me voy a buscar a Josh. Hasta mañana.
Diez minutos más tarde, Steven salió de su despacho y se marchó bajo la atenta mirada de Annette. Nada volvería a ser igual.
A medida que llegaba a la guardería el enfado se le fue pasando. Pensar que tendría a Josh con ellos unos días la llenaba de alegría.
Pensó en el bebé que estaba creciendo en su interior. Estaba segura de que sería hermoso.
Se detuvo a comprarle algo de merienda para Josh y algo dulce para ella. Estaba muerta de hambre.
Llamó a la puerta y le abrió una de las madres. Espero pacientemente hasta que llegó la profesora con su pequeño príncipe azul, quien se lanzó a sus brazos para abrazarla.
-Hola mi niño. ¿Te has portado bien?- Josh asintió y se marcharon. Hannah sentó al niño en el asiento trasero, le puso el cinturón y se sentó frente al volante.- Vamos a casa a ver a Jason, ¿vale?
-¡Si!- cantaron todo el trayecto hasta que entraron en el piso.
-Hola cariño- dijo besándola, y seguidamente cogió a Josh en brazos para tumbarle en el sofá y hacerle cosquillas.
A Hannah le encantaba aquella imagen. Cada vez deseaba con más ganas que llegase el sábado para darle la noticia.
-Parece que vas a quedarte con nosotros unos días. Seguro que nos lo pasamos bien los tres juntos. ¿Qué me dices?
-¡Si!- gritó saltando de alegría.
-Pareces muy contento.- Jason la miró y pensó en el día de su aniversario. Si Hannah aceptaba casarse con él, lo único que les faltaría para ser del todo felices sería un bebé. Pensó en comentárselo cuando Josh durmiese.
Se pasaron toda la tarde jugando y mientras ellos dos hacían la cena, Josh se entretenía con una película de dibujos.
La chica le comentó a su novio la posibilidad de subir la cuna del trastero junto con las sábanas para que Josh durmiese mejor y no corriese el peligro de caer de la cama.
Jason estaba de acuerdo. Iría a buscarla y la montaría en la habitación de ellos por si despertaba.
Cuando Jason bajó a por las cosas, Hannah se quedó pensativa. Al cabo de unos meses debería subirlo todo y volver a abrir aquella puerta.
Mientras su chico montaba la cuna, ella dio de cenar al niño y tras eso Jason aprovechó que Hannah terminaba de preparar la cena de ellos dos para meterse en “la bañera” con el niño.
-¿Qué te parece? Acerté con la temperatura, ¿verdad?
-¡Sí!- contestó chapoteando. Hannah les oía desde la cocina. No sabía cual de los dos era más niño.
Después de cenar, Hannah llamó a Richard para decirle que todo iba bien.
-El domingo celebramos el cumpleaños de Josh. He mandado un correo a todos. Si localizas a tu hermana, dile que se venga.
-Pues claro. Cuelgo ya. Voy a ver que hacen estos dos. Creo que ya han salido de la bañera.
-Hasta mañana.
-Hasta mañana.- cuando colgó fue hasta la habitación y se asomó sin hacer ruido. Estaban tumbados en la cama, dormidos y Josh tenía cogido a Jason de un dedo.
Se le enterneció el corazón al verles así. Acarició su vientre y sonrió.
Cogió Josh en brazos y le colocó en la cuna. Le besó los deditos y le tapó.
Volvió junto a Jason para besarle y después volvió al comedor. Justo en ese momento el chico despertó.
Tenía hambre así que se levantó y fue a cenar con ella.
Hannah le comentó sus planes para el domingo y a él le pareció perfecto. Para entonces estarían prometidos.
Tras recoger los platos de la cena, se tumbaron en la cama y ella le pasó las manos por la cintura, apoyando la cabeza sobre su pecho.
Él la miró en la oscuridad. Había notado que durante la cena había comido el doble de lo normal, pero no le daba importancia. Quizá durante el almuerzo no había comido suficiente.
-He estado pensando, ¿sabes?
-¿En que?
-Quiero que tengamos un bebé.- ella sonrió en la oscuridad pero no le dijo que pronto lo tendrían. Exactamente dentro de siete meses.
-¿Tengamos? Eso es mucha gente. Yo lo tendré. Tú solo harás la parte excitante.
-En eso tienes razón.- empezó a besarla, a acariciarla, a desearla.
-Cariño... despertarás al niño.- No sabía si hacerlo podía perjudicar al bebé y hasta que no se asegurase no dejaría que Jason volviese a hacérselo.
Ya habían tenido un desliz el día de la fiesta de disfraces y no volvería a cometer otro.
-Por favor, para.- y se dio la vuelta.
Lamentaba hacerlo. Sabía que aquella reacción sorprendería a su chico pero hasta que no hablase con su médico, entre ellos no pasaría nada.
-¿Estás bien? Esto no es normal.
-No quiero despertar a Josh.
-Pero si no hacemos ruido...- dijo dispuesto a intentarlo de nuevo. La besó en el cuello y ella volvió a detenerle.
-Estoy cansada. Eso es todo.- dijo a modo de disculpa.
-Esta bien- se volvió hacia el otro lado pensando que quizá se había
precipitado. Quizá Hannah aun no estaba físicamente preparada para tener un bebé. Tal vez aun no había superado lo del bebé de Jeremy.
-Lo siento.
-No pasa nada. Buenas noches Hannah.
-Buenas noches Jason.

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