lunes, 28 de noviembre de 2011

Capítulo 01




Todo empezó una fría noche de sábado, mientras Hannah intentaba disuadir a su amiga diciéndole que no tenía ninguna intención de salir. Silvia había quedado con un compañero suyo de trabajo y unos amigos de este y quería que su hermana y su amiga la acompañara. -Vamos anímate, será divertido.
-Es que no sé, no estoy demasiado alegre que digamos.-Hannah y su novio habían roto una semana antes y lo que peor le sentaba es que Jeremy ya había encontrado a una sustituta.
-Tienes que olvidarte de él de una vez. Estar en casa no te hará ningún bien
-¿Hay algún modo de que pueda convencerte de que no cuentes conmigo?
-No. Escucha mi hermana irá y yo ya le he dicho a Héctor que seremos tres, así que no me obligues a ir a buscarte. Hemos quedado a las diez y media, así que mas te vale estar lista.
-Estaré en tu casa en media hora.
-Genial, así me gusta.- y en aquel mismo instante, en el balcón de enfrente alguien más hablaba por teléfono.
-No sé tío, ¿que pinto yo allí?
-Pues estar con Carlos y conmigo. Además nunca se sabe, a lo mejor puede que alguna de las amigas de Silvia te guste.
-No creo, paso de rollos ahora, nunca salen bien- miró al balcón que tenia enfrente y la vio. También estaba hablando por teléfono. La observó pensativo y sonrió. De pronto ella entró en casa y empezó a revolver su habitación.
-Vamos Jason por favor, hazlo por mi.
-Está bien, al fin y al cabo ella también sale.
-¿Como dices?
-Nada nos vemos allí- colgaron prácticamente al mismo tiempo.
Mientras se duchaba pensó en su vecina.
Siempre le había gustado, desde que la vio por primera vez hacia ya dos años, pero sabía que ella tenía novio. Les veía a menudo y era evidente que se querían con locura. Un año con uno y al siguiente con otro. Lo curioso es que no le parecía de esas que se cansasen enseguida de sus parejas.
Recordó las veces que la veía en la piscina cuando la observaba en silencio y deseaba estar a su lado.
Pensar en ella le volvía loco y no podía encapricharse de ella y menos si ya había alguien que ocupara su corazón.
Al salir de la ducha, se miró en el espejo para decidir si se afeitaba o no, y al final decidió que no era necesario, así que fue a vestirse, cogió la chaqueta y las llaves de casa y se marchó.

Hannah por su parte, se dio una ducha rápida, se maquilló, vistió, cogió el bolso chaqueta y se fue.
De camino a su coche, rebuscó en su bolso las llaves de este. Era consciente de que la casa de Silvia y Aïda estaba a solo diez minutos de la suya, pero también de que Jeremy y su nueva novia estaban siempre allí, y aun no estaba preparada para verle.
Subió al coche y al ponerlo en marcha comprobó que se había quedado sin batería.
Salió pegando un portazo. Jason que pasaba por ahí, se detuvo a ayudarla.
-¡Mierda! ¡Joder!
-¿Estás bien? ¿Puedo hacer algo?- la chica le miró y no pudo evitar reírse. Él también sonrió, le gustaba verla feliz.
-No tiene batería- dijo señalando el coche. Lo cerró y volvió a enterrar las llaves en el bolso.- Había quedado y no quería ir andando.
-Puedo llevarte si quieres. Tengo la moto aquí al lado ¿A donde vas?
-Cerca del centro comercial.
-Yo voy hacia allí, podemos ir juntos, ¿te animas? ¿qué me dices?- Hannah volvió a sonreír.
-Claro, ¿por qué no?
-Pues vamos- por el camino hablaron un poco sobre ellos. Para cuando se dieron cuenta ya estaban a mitad de trayecto.- ¿Tú eres Hannah, verdad?
-Si, la misma.
-Yo soy Jason.
-Lo sé.
-¿Has estado preguntando sobre mi o qué?

-Culpable - contestó sacando la lengua como una niña pequeña.

A medida que se acercaban a su destino, Jason notó como ella empezaba a temblar.
Se quitó la chaqueta y se la puso sobre los hombros, pero 
aquello no calmó los temblores y pronto comprendió.
Miró hacia donde ella miraba y vio a Jeremy besando a una 
chica que estaba sobre sus rodillas. Al parecer ya no
estaban juntos.
No pensó en lo que hizo, solo sintió que debía hacerlo. Rodeó a
Hannah con su brazo y siguieron adelante.
Jeremy les vio y se sintió extraño, no comprendía cual era el
sentimiento que le invadía.
Se detuvieron frente al portal de Silvia .Hannah le agradeció 
al chico lo que había echo y le devolvió su chaqueta. 
-No tienes porque dármelas. Volvería a hacerlo.- ella le miró 
con ternura y le besó dulcemente en los labios.
Caminó hacia el portal sin volverse y al ver que no lo hacia, 
Jason se marchó con una sonrisa en los labios.
Al llamar al timbre y mientras esperaba, pensó en lo que 
había echo. Se sonrojó pero no lo lamentaba.
-¿Diga?
-Abre que me estoy helando.
-¿Has aparcado ya el coche?
He venido andando.- Aïda estaba tan sorprendida que ni 
contestó.
Abrió la puerta a su amiga y esperó a que subiera para hacer 
las preguntas, pero cuando Hannah entró en el salón había 
algo en ella que llamó la atención de las hermanas.
-¿Nos vas a contar que ha pasado?- les contó lo ocurrido con 
el coche y que por eso había venido andando.
-¿Y esa es la razón por la que no dejas de sonreír?
-Es que no vine sola.- decidió cambiar de tema antes de que 
ellas pudieran empezar un interrogatorio.- ¿Estáis listas?
-Deja que me ponga los zapatos y me arregle el pelo y nos vamos.- Hannah y Silvia se dejaron caer en el sofá. Aïda tardaba horas en arreglarse.- He pensado que ya me he cansado de estar sola, necesito un tío, aunque solo sea para echar un polvo.
-Veo brillo en tus ojos, pero sé que no me lo vas a contar por ahora, así que esperaré, solo porque no puede ser malo- susurró a su amiga y ella asintió.

Justo en ese momento en el centro comercial, los tres 
amigos se encontraron en la sala de maquinas.
-¿Llego tarde?
-Que va. Acabamos de llegar.
-¿Y las chicas?
-Ya no pueden tardar. Espero que no hayas cenado.
-Tranquilo, ya estoy informado.- sonrió a sus amigos, 
esperando a que ellos percibieran algo en aquella sonrisa.
-¿Por qué no nos cuentas que te pasa en lugar de sonreír 
como un idiota?
-He conocido a alguien. He venido con ella hasta aquí, bueno
ella iba a casa de unas amigas que viven cerca.
-¿Y como se llama?
-Hannah.
-¿Es la que iba a salir esta noche?
-Si, la misma.- y volvió a sonreír.

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